El cáncer es la segunda causa principal de muerte (al lado de la enfermedad cardíaca) en los Estados Unidos. Reclama las vidas de más de medio millón de estadounidenses al año de los casi 1.4 millones que contraen la enfermedad. La probabilidad de contraer cáncer incrementa con la edad. Dos tercios de todos los casos son en personas mayores de 65 años de edad.1
Se cree que el cáncer comienza con una mutación en una sola célula. Sin embargo, una célula no se vuelve cancerosa de la noche a la mañana. Son necesarias varias mutaciones seguidas para crear todos los rasgos característicos del cáncer. De manera ordinaria, las células tienen un mecanismo autodestructor que causa que mueran cuando su ADN esté dañado. Sin embargo, en las células cancerosas en desarrollo, algo interfiere con la secuencia autodestructora. Puede ser que las mutaciones que causan el cáncer se apaguen del conteo.
Las alteraciones del ADN que crean una célula cancerosa le dan cierta independencia de las reglas ordinarias del comportamiento celular. Las células normales son altamente influenciadas por células cercanas, con el resultado de que "se llevan bien" con sus vecinos. Por ejemplo, el crecimiento de una célula saludable es regido por factores especiales de crecimiento despedidos por tejidos circundantes. Sin embargo, las células cancerosas crecen sin dichos factores de crecimiento o simplemente hacen los suyos. Muchos tipos de células cancerosas también pueden desencadenar el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos para alimentarlas.
Las mutaciones genéticas parecen ser causadas principalmente por la exposición a sustancias carcinogénicas, de las que el tabaco es el más común. También existen muchos carcinógenos en la dieta, como las carnes curadas con sal y las ahumadas.
Antes que podamos entrar en discusión detallada de los productos naturales propuestos para prevenir el cáncer, primero debemos discutir algunos temas fundamentales con respecto a la naturaleza de la evidencia médica.
Es bastante difícil probar que tomar cierto suplemento reducirá la probabilidad de desarrollar cáncer. Usted realmente necesita de estudios doble ciego controlados por placebo enormes y a largo plazo en los que algunas personas reciban el suplemento mientras que otras reciban placebo. Sin embargo, se han realizado relativamente pocos estudios de este tipo.
Para la mayoría de los suplementos, la evidencia de que ayuda a prevenir el cáncer proviene de estudios observacionales, que son mucho menos confiables. Estudios observacionales han encontrado que las personas que toman niveles altos de algunas vitaminas en sus dietas desarrollan una incidencia menor de tipos específicos de cáncer. Sin embargo, en dichos estudios, es difícil descartar otros factores que pueden desempeñar una función. Por ejemplo, las personas que toman vitaminas también pueden hacer más ejercicio o cuidar mejor de sí mismos en otras maneras. Dichos factores confusos hacen menos confiables a los resultados de estudios observacionales.
Aunque esto puede sonar como un tema teórico, tiene consecuencias muy prácticas. Por ejemplo, con base en estudios observacionales principalmente, la terapia de reemplazo de hormonas fue promovida como un tratamiento protector del corazón para mujeres posmenopáusicas. Sin embargo, cuando se realizaron estudios controlados con placebo, la terapia de reemplazo de hormonas probó incrementar el riesgo de enfermedad cardíaca.
Ahora se piensa que los beneficios aparentes de la terapia de reemplazo de hormonas se debieron al hecho de que las mujeres que la usaron pertenecían a una clase socioeconómica más alta que aquellas que no la usaron. (Por varias razones, algunas que se desconocen, los ingresos más altos están asociados con salud mejorada.)
Sólo dos suplementos tienen evidencia de estudios doble ciego que soportan su utilidad potencial para la prevención del cáncer: La vitamina E y el selenio. Para todos los otros suplementos, la evidencia de apoyo está limitada a estudios observacionales, así como a evidencia preliminar de estudios en animales y de laboratorio.
Vitamina E
Los resultados de estudios observacionales han sido contradictorios, pero en general, sugieren que el consumo alto de vitamina E está asociado con el riesgo reducido de muchos tipos de cáncer, incluyendo de estómago, boca, colon, garganta, laringe, pulmón, hígado y de próstata.11,12,14-22,24,46,101
Sin embargo, como se señaló anteriormente, los resultados de estudios observacionales no son confiables como pautas para el tratamiento. Los resultados de estudios doble ciego controlados por placebo son mucho más persuasivos al dejar conclusiones acerca de causa y efecto.
Desafortunadamente, estos estudios por lo general no lograron encontrar a la vitamina E útil para la prevención del cáncer en personas con alto riesgo de padecerlo.9,13,51-53
La nota positiva vino en un estudio doble ciego de 29, 133 fumadores. Los que recibieron 50 mg de vitamina E sintética (dl-alfa-tocoferol) al día durante 5 a 8 años mostraron una reducción del 32% en la incidencia de cáncer de próstata y una caída del 41% en las muertes a causa de cáncer de próstata.9
De manera sorprendente, se observaron resultados poco tiempo después del comienzo de la complementación. Esto fue inesperado debido a que el cáncer de próstata crece muy lentamente. Un cáncer que se manifiesta el día de hoy en realidad comenzó a desarrollarse hace muchos años. El hecho de que la vitamina E disminuyó casi inmediatamente la incidencia de cáncer de próstata sugiere que podría bloquear de alguna manera uno de los últimos pasos en el desarrollo de cáncer de próstata detectable.
No obstante, los resultados negativos con respecto a la mayoría de los otros tipos de cáncer han hecho dudar a los científicos en poner demasiada esperanza en estos resultados. Algunos investigadores creen que se apreciarán mejores resultados con una forma de vitamina E llamada gama tocoferol en lugar del gama tocoferol usado en los estudios mencionados anteriormente. Otros sugieren que la vitamina E podría ser más útil para la prevención del cáncer en personas en bajo riesgo. Actualmente está en curso más investigación para resolver estas preguntas.
Para más información, incluyendo dosis y cuestiones de seguridad, consulte el artículo completo acerca de Vitamina E.
Selenio
Durante mucho tiempo se ha sabido que la deficiencia grave de selenio incrementa el riesgo de cáncer.29 Sin embargo, la deficiencia grave de selenio es rara en el mundo desarrollado.
Un estudio doble ciego encontró alguna evidencia de que los complementos de selenio pueden ayudar a prevenir el cáncer incluso en la ausencia de deficiencia grave.30 El estudio en realidad está diseñado para detectar los efectos del selenio sobre el cáncer de piel. Este dio seguimiento a 1,312 personas, la mitad de quienes recibieron 200 mcg de selenio diarios. Las personas que participaron en el estudio no tenían deficiencia de selenio. Los participantes fueron tratados durante un promedio de 2.8 años y se les dio seguimiento durante aproximadamente 6 años. Aunque no se encontraron efectos significativos sobre el cáncer de piel, los investigadores se asustaron cuando los resultados mostraron que las personas que tomaban selenio tuvieron una reducción del 50% en las muertes generales a causa de cáncer y una reducción significativa en el cáncer de pulmón (40%), colon (50%) y próstata (66%). Los resultados fueron tan remarcables que los investigadores se sintieron obligados a romper el tipo ciego y permitir a todos los participantes tomar selenio.
La re-evaluación subsecuente de los resultados, incluyendo datos adicionales del seguimiento, indicaron que los beneficios reportados del cáncer de pulmón se observaron sólo en participantes que comenzaban con niveles un tanto bajos de selenio en la sangre.54 (En el momento de este escrito, los investigadores no habían anunciado si lo mismo era verdadero con respecto a la prevención de cáncer de colon y cáncer de próstata.)
Mientras que esta evidencia es promisoria, tiene un defecto principal. Las leyes de estadísticas nos dicen que cuando los investigadores comienzan a desviarse de la pregunta que su investigación estaba diseñada para resolver, los resultados podrían no ser confiables. Por esta razón, se necesita más investigación para confirmar que el selenio en realidad puede ayudar a prevenir estos tipos de cáncer.
Para más información, incluyendo dosis y cuestiones de seguridad, consulte el artículo completo acerca de selenio.
Ajo
Evidencia de estudios observacionales sugiere que el ajo tomado en la dieta como alimento podría ayudar a prevenir el cáncer, en particular el cáncer de colon y el de estómago.36 - 43
En uno de los mejores de estos estudios, the Iowa Women's Study, las mujeres que consumieron cantidades significativas de ajo fueron aproximadamente 30% menos propensas a desarrollar cáncer de colon.41,44 Se observaron resultados similares en otros estudios observacionales realizados en China, Italia y Estados Unidos.37,45
No sabemos con seguridad cómo podría funcionar el ajo para prevenir el cáncer. Como la vitamina E, el ajo entero posee propiedades antioxidantes.47,48 Además, varios extractos de ajo han demostrado suprimir la actividad conocida por dañar al ADN de varios medicamentos y toxinas.49 Finalmente, el ajo contiene niveles altos de selenio, lo cual se cree que reduce el riesgo de cáncer (vea la discusión previa bajo el encabezado Selenio).50
Para más información, incluyendo dosis y cuestiones de seguridad, consulte el artículo completo acerca de ajo.
Beta-Caroteno
La historia del beta-caroteno y el cáncer está llena de contradicciones. Comienza a principios de la década de 1980, cuando los resultados acumulativos de muchos estudios sugería que las personas que comían muchas frutas y verduras eran significativamente menos propensas a contraer cáncer.55,56 Una mirada de cerca a los datos señaló a los carotenos como los ingredientes activos en frutas y verduras. Al parecer el consumo alto de caroteno dietético podría reducir significativamente el riesgo de cáncer de pulmón,57 cáncer de vejiga,58 cáncer de seno,59 cáncer de esófago,60 y cáncer de estómago.11
Sin embargo, como se señaló anteriormente, los estudios observacionales no pueden probar causa y efecto. Cuando los investigadores les dieron beta-caroteno a los participantes del estudio, los resultados han sido impresionantemente negativos.
La mayoría de los estudios incluyeron a personas en grupos de alto riesgo, como fumadores, debido a que es más fácil ver resultados cuando observa a personas que son más propensas a comenzar a desarrollar cáncer.
La burbuja anticancerosa reventó para el beta-caroteno en 1994 con los resultados del estudio Alfa-Tocoferol, Beta-Caroteno (ATBC).13 Estos resultados mostraron que los suplementos de betacaroteno no previnieron el cáncer de pulmón, pero en realidad incrementaron el riesgo de contraerlo en un 18%. Este estudio dio seguimiento a 29,133 fumadores masculinos en Finlandia que tomaban suplementos de casi 50 IU de vitamina E (alfa-tocoferol), 20 mg de beta-caroteno (más de 10 veces la cantidad necesaria para proporcionar el requerimiento diario de vitamina A), ambos, o placebo diariamente durante 5 a 8 años. (En contraste, la vitamina E probó reducir el riesgo de cáncer, especialmente, cáncer de próstata.)
En enero de 1996, los investigadores que dieron seguimiento al Beta-Carotene and Retinol Efficacy Trial (CARET) confirmaron la mala noticia previa con más de sí mismos: El grupo de beta-caroteno tuvo 46% más casos de muertes a causa de cáncer de pulmón.64 Este estudio involucró a fumadores, ex-fumadores, y trabajadores expuestos a asbestos. Alarmado, el National Cancer Institute terminó el estudio CARET de $42 millones, 21 meses antes de lo que estaba planeado que terminara.
Casi al mismo tiempo, el Physicians' Health Study de 12 años de duración en 22,000 hombres médicos estaba descubriendo que 50 mg de beta-caroteno (casi 25 veces la cantidad necesaria para proporcionar el requerimiento diario de vitamina A) tomados cada tercer día no tuvo efecto - ni bueno ni malo - sobre el riesgo de cáncer o enfermedad cardíaca. En este estudio, 11% de los participantes eran fumadores y 39% eran ex-fumadores.65,66
De manera similar, otro estudio de los complementos de betacaroteno no logró encontrar efecto sobre el riesgo de cáncer en mujeres.67
¿Cuál es la explicación para estas discrepancias?
Una posibilidad es que el beta-caroteno solo no es efectivo. Los otros carotenos encontrados en frutas y verduras pueden ser más importantes para prevenir el cáncer que el beta-caroteno. Un investigador ha sugerido que tomar suplementos de beta-caroteno en realidad merma al cuerpo de otros carotenos benéficos.69
También es posible que el consumo de betacarotenos como tales no están relacionados al cáncer, y que algún factor común no relacionado a los individuos con una dieta alta en carotenos es la causa de los beneficios vistos en estudios observacionales.
Tomates (Licopeno)
Licopeno, un carotenoide similar al beta-caroteno, se encuentra en niveles altos de tomates y toronja rosada. El licopeno parece exhibir cerca de dos veces la actividad antioxidante del beta-caroteno y puede ser más útil para prevenir el cáncer que la vitamina mejor conocida.
En un estudio observacional, los estadounidenses de edad avanzada que consumen una dieta alta en tomates mostraron una incidencia 50% reducida de cáncer.70 Los hombres y mujeres que comían por lo menos siete porciones de tomates a la semana desarrollaron menos casos de cáncer estomacal y colorrectal en comparación con quienes comían sólo dos porciones a la semana.
En otro estudio, 47, 894 hombres fueron revisados durante 4 años en un estudio observacional que buscaba influencias sobre el cáncer de próstata.71 Sus dietas fueron evaluadas con base en la frecuencia en la que comían frutas, verduras y alimentos que contienen frutas y verduras. Niveles altos de tomates, salsa de tomate y pizza en la dieta estuvieron fuertemente conectados a la incidencia reducida de cáncer de próstata. Después de una evaluación de factores nutricionales conocidos en estos alimentos en comparación con otros alimentos, el licopeno pareció ser el común denominador. Se ha dado impulso adicional a esta idea por el descubrimiento del licopeno en niveles razonablemente altos en la próstata humana,72 así como evidencia de que los hombres con niveles más altos de licopeno en la sangre tienen un riesgo menor de cáncer de próstata.73
Evidencia similar sugiere que los alimentos que contienen licopeno también podrían ayudar a prevenir otras formas de cáncer, incluyendo de pulmón, de colon y de seno.68,74,112
Los tomates cocidos parecen estar más bio-disponibles (usados por el cuerpo más fácilmente) que los tomates crudos, especialmente cuando los tomates se cuecen en aceite. El jugo de tomate no parece ser de ayuda.
Vitamina C
Varios estudios observacionales han encontrado una fuerte asociación entre un alto consumo dietético de vitamina C y una incidencia reducida de cáncer de estómago.76,78 Se ha propuesto que la vitamina C puede prevenir la formación de sustancias carcinogénicas en el estómago conocidas como compuestos N-nitrosos.
Estudios observacionales también han vinculado al nivel alto de vitamina C en la dieta con el riesgo reducido de cáncer de colon, esófago, laringe, vejiga, cervix, recto, seno y quizá de pulmón.12,76,79,82-84 Sin embargo, el consumo dietético de vitamina C no parece estar asociado con el índice reducido de cáncer de próstata.85
Un estudio encontró que la complementación con vitamina C a 500 mg o más diarios estaba asociada con una menor incidencia de cáncer de vejiga.86 Sin embargo, otro estudio no encontró asociación.87 De manera similar, en otro estudio observacional, 500 mg o más de vitamina C al día durante un periodo de 6 años no estuvieron asociados con la incidencia reducida de cáncer de seno.89 Otro estudio encontró resultados similares.90
Té Verde
Tanto el té verde como el té negro provienen de la planta del té llamada Camellia sinensis, la cual ha sido cultivada en China durante siglos. La diferencia clave entre los dos se encuentra en la preparación. Para el té negro, se deja que las hojas se oxiden, un proceso que se cree que disminuye la potencia de los supuestos ingredientes activos en el té verde, catechin polyphenols. El té verde se prepara al hacer que vaporice ligeramente la hoja recién cortada, un proceso que previene la oxidación y preserva más de los efectos terapéuticos.
Estudios en laboratorio y en animales sugieren que el consumo de té protege contra los cánceres de estómago, pulmón, esófago, duodeno, páncreas, hígado, seno y colon.91,92 Un estudio de 1994 de cáncer de piel en ratones encontró que tanto el té verde como el té negro, incluso en versiones descafeinadas, inhibieron el cáncer de piel en ratones expuestos a luz ultravioleta y a otros carcinógenos.93,94 Después de 31 semanas, los ratones que recibieron los tés preparados en las mismas concentraciones que las que beben los humanos tuvieron del 72 al 93% menos tumores de piel que los ratones que sólo recibieron agua.
Sin embargo, resultados de estudios observacionales en humanos no han sido tan claros; algunos han encontrado evidencia de un efecto protector, y otros no lo han hecho.95
Un estudio dio seguimiento a 8,552 adultos japoneses durante 9 años.96 Las mujeres que tomaron más de 10 tazas al día tuvieron un retraso en la aparición del cáncer y además un índice total 43% menor de ocurrencia de cáncer. Los hombres tuvieron una incidencia de cáncer 32% menor, pero este resultado no fue significativo estadísticamente.
Un estudio en Shanghai, China, encontró que aquellos que tomaron té verde tuvieron significativamente menos riesgo de desarrollar cáncer de recto y páncreas que quienes no lo hicieron. No se encontró asociación significativa con la incidencia de cáncer de colon.97 Un total de 3, 818 residentes de 30 a 74 años de edad fueron incluidos en el estudio de población. Para los hombres, aquellos que tomaban la mayor cantidad de té tuvieron una incidencia 28% menor de cáncer rectal y una incidencia 37% menor de cáncer pancreático en comparación con quienes no tomaron té regularmente. Para las mujeres, las diferencias respectivas en la frecuencia de cáncer fueron incluso mayores: 43% y 47%.
Otro estudio en Shanghai encontró asociaciones similares para el cáncer de estómago. Los que beben té verde fueron 29% menos propensos a contraer cáncer de estómago que los que no lo beben, con los que beben la mayor cantidad de té teniendo el menor riesgo.98 De manera interesante, el riesgo de cáncer de estómago no dependió de la edad de la persona a la que comenzó a beber té verde. Investigadores sugirieron que el té verde podría interrumpir el proceso del cáncer en su etapa intermedia y tardía.
Sin embargo, en un estudio observacional de 26,311 personas japonesas, no se observaron reducciones en los índices de cáncer.99 También se observó carencia de beneficio en un estudio realizado en Hawai.100
El té verde también puede ejercer un efecto bloqueador de estrógeno que es de ayuda para prevenir el cáncer de seno y el cáncer uterino,103 y otro estudio sugiere que podría prevenir el desarrollo de tumores al bloquear el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos.104
El principal polifenol de catequina encontrado en el té verde es el galato de epigalocatequina (EGCG, por sus siglas en inglés). Estudios experimentales preliminares sugieren que el EGCG podría ayudar a prevenir el cáncer de piel si se aplica directamente a la piel.102
Para más información, incluyendo dosis y cuestiones de seguridad, consulte el artículo completo acerca de té verde.
Soya
En muchos estudios en animales, los frijoles de soya, proteína de soya y otros extractos de soya disminuyeron el riesgo de cáncer y estudios observacionales en personas han encontrado asociaciones sugestivas entre el alto consumo de soya y la menor incidencia de cánceres relacionados con las hormonas como el de próstata, seno y útero.105-111
Los frijoles de soya proporcionan componentes similares al estrógeno conocidos como isoflavonas, especialmente genisteína y daidzeína. Estas sustancias se adaptan a los mismos sitios en el cuerpo que el estrógeno, ocupando estos sitios y manteniendo lejos el estrógeno natural. El estrógeno estimula algunas formas de cáncer, pero las isoflavonas de soya ejercen un efecto más ligero similar al del estrógeno que podría no estimular tanto al cáncer como el estrógeno natural. Esto podría ayudar a proteger contra el cáncer. Adicionalmente, la soya podría reducir los niveles del estrógeno propio del cuerpo, lo cual tendría también un efecto protector.2,3,15,22,44,82
Sin embargo, no toda la evidencia acerca de la soya y el cáncer es positiva. Debido a que las isoflavonas trabajan un poco como el estrógeno, existen preocupaciones teóricas de que podrían no ser seguras para las mujeres que ya han tenido cáncer de seno. Estudios en animales han encontrado evidencia sugestiva de que bajo ciertas circunstancias, las isoflavonas de soya podrían estimular a las células cancerosas del seno.60,61,63 Además, evidencia de dos estudios preliminares en humanos encontró cambios que sugieren que la soya podría incrementar ligeramente el riesgo de cáncer de seno.3,65 Otros estudios en mujeres han encontrado resultados tranquilizantes; no obstante, la prudencia sugiere que las mujeres que han tenido cáncer de seno, o están en alto riesgo de padecerlo, deberían consultar a un médico antes de tomar cualquier producto de isoflavonas.75
Para más información, incluyendo dosis y cuestiones de seguridad, consulte el artículo completo acerca de soya.
Folato
La deficiencia de folato podría predisponer a las personas hacia desarrollar cáncer de cuello uterino,120 colon,121,122 pulmón,123 seno,124 páncreas,125 y boca.123 Estudios grandes observacionales sugieren que los complementos de folato pueden ayudar a prevenir el cáncer de colon, especialmente cuando se toman durante muchos años.20,127,129 Debido a que la deficiencia de esta vitamina esencial es bastante común (y muy poco saludable), en realidad usted no puede hacer mal al tomar folato extra en la dosis recomendada.
Para más información, incluyendo dosis y cuestiones de seguridad, consulte el artículo completo acerca de folato.
Las sustancias mencionadas en esta sección tienen menos evidencia detrás de ellas que los antioxidantes mencionados anteriormente. Sin embargo, éste es un campo que crece rápidamente. En el momento en el que lea esta sección, indudablemente estará disponible nueva información.
Calcio
Algunos estudios observacionales e intervencionales, pero no todos, han encontrado evidencia de que la complementación de calcio podría reducir el riesgo de cáncer de colon.130 - 139
Vitamina D
Algunos estudios han conectado a niveles más altos de vitamina D con una incidencia menor de cáncer de seno, colon, páncreas y próstata, así como melanoma, pero en general la investigación ha arrojado resultados contradictorios.130,140-142,144-159
Fibra
Se ha creído que la fibra dietética ayuda a prevenir el cáncer de colon.160 - 163 Sin embargo, varios estudios recientes han encontrado ya sea poco beneficio o ninguno en absoluto.41,165-170
Linaza (Lignanos)
Sustancias conocidas como lignanos se encuentran en varios alimentos y pueden producir beneficios anticancerosos. Estos son convertidos en el tracto digestivo a sustancias similares al estrógeno conocidas como enterolactona y enterodiol.106,172 Como las isoflavonas de soya (vea la discusión previa bajo el encabezado Soya), las sustancias evitan que el estrógeno se adapte a las células y de ese modo pueda bloquear sus efectos promotores del cáncer.
Los lignanos se encuentran de manera más abundante en la linaza (la semilla completa), un grano alto en fibra que ha sido cultivado desde tiempos egipcios antiguos. Sin embargo, contrario a algunos reportes, el aceite de linaza no contiene lignanos.173Aceite de linaza es una fuente rica de ácido graso omega-3: ácido alfa-linolénico.
Aunque la linaza o el aceite de linaza algunas veces es recomendado como prevención o tratamiento para el cáncer, la evidencia aún es extremadamente preliminar.173-176,178-181 Evidencia débil también sugiere que el ácido alfa-linolénico en el aceite de linaza puede actuar en contra del cáncer. Niveles bajos de ácido alfa-linolénico en tejidos adiposos estuvieron asociados con un incremento en el cáncer y su propagación (metástasis) hacia otras áreas del cuerpo.175 Estudios de laboratorio encontraron que la linaza o uno de sus lignanos inhibió el crecimiento de células humanas de cáncer de seno.106 Otros estudios sugieren que los lignanos enterolactona y enterodiol inhibieron el crecimiento de células humanas de tumor en el colon.180
Para más información, incluyendo la dosis y cuestiones de seguridad, lea los artículos completos acerca de linaza y lignanos.
Uvas (Resveratrol)
El resveratrol es un fitoquímico encontrado en al menos 72 plantas diferentes, incluyendo las moras y los cacahuates. Las uvas son su fuente más rica. El vino tinto, el cual es hecho de uvas, contiene mucho resveratrol, el cual puede explicar algunos de los efectos benéficos atribuidos al vino en algunos estudios.
El resveratrol es un antioxidante con intrigantes efectos anticancerosos según lo determinado en estudios de laboratorio.186,187 Sin embargo, poca evidencia directa apoya la idea de que el resveratrol es útil.
Para más información, incluyendo dosis y cuestiones de seguridad, consulte el artículo completo acerca de resveratrol.
Otros Tratamientos que Posiblemente Prevengan el Cáncer
Un estudio observacional grande sugiere que un consumo más alto de boro podría reducir el riesgo de cáncer de próstata.204
Evidencia provocativa sugiere que una sustancia llamada sulforafano, encontrada en el brócoli y verduras relacionadas, podría poseer propiedades anticancerosas.205,207 Recientemente, los retoños de brócoli han sido vendidos para la prevención del cáncer con base en su alto contenido de sulforafano. Sin embargo, esta recomendación aún es altamente especulativa. Otro constituyente de las verduras de la familia del brócoli, carbinol indole 3, también se ha mostrado prometedor como un agente que previene el cáncer;208-212 sin embargo, existe evidencia de que esta sustancia en realidad podría incrementar el riesgo de cáncer en algunas circunstancias.213,214
Las catequinas son un compuesto activo de muchos alimentos de plantas, incluyendo el té verde (como se describió anteriormente). Alguna evidencia sugiere que las catequinas de la fruta podrían reducir el riesgo de cánceres hacia arriba en el tracto digestivo.215 Investigación de laboratorio y en animales también sugiere que los suplementos quercetina,187,216-218,220bioflavonoides cítricos,80 y ácido linoléico conjugado.221 podrían tener propiedades anticancerosas.
Un estudio proporciona evidencia preliminar de apoyo para la idea de que el aceite de pescado reduce el riesgo de cáncer de próstata.222
Un estudio preliminar sugiere que el tratamiento con N-acetil-cisteína (NAC) podría ayudar a prevenir el cáncer de colon.223 Sin embargo, esta evidencia no ha sido confirmada por estudios adicionales.
Evidencia muy preliminar también sugiere algunos beneficios preventivos del cáncer para las especias cúrcuma y romero así como para betulina (del árbol del abedul de papel), bromelaína, ácido elágico (de las uvas, frambuesas, fresas, manzanas, nueces y pecanas), ginseng, glicina, polen de pasto, hexafosfato de inositol (ácido fítico, IP6), quelpo, orozuz (regaliz), melatonina, MSM, cardo lechoso, ortiga, OPC (proantocianidinas oligoméricas), corteza de árbol de papaya, probióticos o bacterias "amigables", esquizandra y alga verde azul.105,184,219,224-249
Evidencia contradictoria de estudios observacionales sugiere que el alto consumo de frutas y verduras podría reducir el riesgo de cánceres en el tracto digestivo, cáncer ovárico y en general muerte a causa de cáncer.126,128,143,164,171,177,182,183 Existe alguna evidencia de que evitar las bebidas muy calientes podría reducir el riesgo de cáncer esofágico.
A pesar de algunos reportes, la evidencia no parece sugerir que el consumo de carne incremente el riesgo de cáncer de colon.81
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Ultima revisión March 2019 por EBSCO Medical Review Board Richard Glickman-Simon, MD Last Updated: 03/27/2019